sábado, 6 de febrero de 2010

Fuerza de voluntad


Fuerza de voluntad, aquella energía impulsora que al ser liberada te convierte en el dueño de tu mundo personal. Es una virtud que se debe cultivar, pues es la fuerza motriz que nos lleva a realizar nuestros sueños, a resistir y vencer obstáculos, sin ella no somos mas que marionetas de las circunstancias. Gracias a la fuerza de voluntad y disciplina es posible tomar las riendas de nuestra vida. Te permite hacer lo que dijiste que harías, lo que te da la fuerza interior para ser fiel a tus compromisos para con los demás y sobre todo contigo mismo. Dejarás de ser esclavo de tus impulsos, lo que se traduce en libertad.

¿Cuántas veces has intentado dejar atrás algo? y simplemente, no puedes; ya sea un hábito negativo, una relación, entre muchas otras cosas. ¿No sería maravilloso tener el poder suficiente para hacerlo sin problema alguno? Pregúntate a conciencia ¿Qué has perdido a falta de fuerza de voluntad?

Es tan necesaria para bajar esos kilos de sobra, dejar de fumar, clausurar un ciclo, levantarnos temprano para realizar actividades que decimos nunca tener tiempo de hacer (por ejemplo: ejercicio físico, relajarse), para decir que no a lo que no es importante. Afortunadamente es una virtud que puede desarrollarse, al igual que un fisicoculturista desarrolla sus músculos. Para tener una voluntad de acero es esencial ofrecer pequeños tributos a la virtud de la disciplina personal. Cuando practiques el poder de la voluntad, no habrá nada que sea imposible, pues ahora serás tan fuerte como un roble, que se sostiene poderoso ante las inclemencias del clima.

Para aumentar la fuerza de voluntad debe ponerse en práctica, a diario trata de romper tus límites, si no lo logras a la primera, no importa siempre habrá otra oportunidad en la que habrás aprendido tus flaquezas y sabrás como afrontarlas. Por ejemplo, una pregunta que siempre me hacen los que conocen que llevo una dieta lacto vegetariana, es ¿si no me costó trabajo dejar la carne? Y la respuesta es sí obviamente, al principio tuve caídas. Pero la enseñanza es aprender a levantarse y continuar. Esto me recuerda un proverbio chino: “El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él”.

El problema es que muchos no utilizamos la fuerza de voluntad, culpamos a todo menos a nosotros mismos. Los que se preocupan demasiado, culpamos al trabajo o actividades estresantes; los que duermen más de la cuenta, dicen que su cuerpo lo necesita; los que hemos fumado, decimos que nos relaja; los que no pasamos un examen, culpamos a la suerte. Todos aquellos que hemos padecido falta de fuerza de voluntad, no queremos tomar la responsabilidad de nuestra vida y nuestros actos.
Con acciones diarias se puede desarrollar la fuerza de voluntad, se empieza por algo simple, pequeñas victorias conducen a grandes victorias. Te has hecho una promesa y la haz conseguido, esto te dará autoconfianza para continuar explotando tu enorme potencial. Una excelente forma de comenzar es hacer algo que no nos gusta, puede ser tender la cama, levantarnos aun que sea media hora más temprano, ver menos la televisión y hacer algo de provecho.

Imagina si pudieras triplicar tu fuerza de voluntad que tienes actualmente, no sería fabuloso meterte al gimnasio para bajar la panza chelera, borrar el hábito de preocuparnos. Solo tú marcas los limites de lo que quieres hacer. Ahora decídete a hacer las cosas que deberías hacer en lugar de seguir el camino del mínimo esfuerzo y de la mediocridad.

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