Bienvenido a nuestro sitio web

La única manera de tener una vida de verdad es comprometerte con ella como un loco. Comprométete a ser el mejor y recuerda que solo aquellos que se arriesgan a ir muy lejos pueden llegar a saber lo lejos que pueden ir. LA VIDA ES MUY CORTA PARA NO DARLO TODO.

Haz de tu vida una pieza maestra, en la medida en que eleves tu vida al más alto potencial, la vida de los que te rodean se verá beneficiada.

sábado, 30 de enero de 2010

El 3er demonio de un hombre: La indecisión



Siempre estamos tomando decisiones, la vida se trata de eso. Elegir un sendero, día a día se abren nuevas brechas, algunas más significativas que otras y es ahí cuando nos sentimos extraviados sin saber si haremos la elección correcta. Es ahí donde aparece la indecisión, la incapacidad de elegir una cosa u otra.

Seguramente comienzas a recordar aquellos momentos en los que te sentiste algo desesperado, tal vez cuando no sabías si estudiar una carrera o no, o si elegiste estudiar ¿qué carrera elegir? Incluso para algunos, se aproxima el fin de la misma y surge una importante cuestión ¿Qué sigue ahora? Esto no es solo en el ámbito profesional, si no en todos hay que hacer elecciones y solemos quedarnos con la duda ¿que hubiera pasado me hubiera ido por el otro camino? ¿Esto que elegí es lo mejor? ¿Y si las cosas no resultan como yo espero?

Muchas veces por miedo a lo desconocido elegimos la ruta fácil, la menos trillada aquella que sabemos que podemos tener fácilmente a la mano, quizás por que no nos creemos capaces o por indecisos la oportunidad se fue. Simplemente lo que tenemos ahora nos da una de zona de comodidad en la que es muy sencillo quedarnos. La gran mayoría de las acciones diarias pueden encajar en alguna de estas dos zonas: la zona de valentía y la zona de comodidad. Tu zona de comodidad representa todas las cosas con las que estás familiarizado, lugares que conoces, amigos con los que te sientes a gusto, actividades que disfrutas, descanso, seguridad, facilidad, no arriesgarse, evadir decisiones que sabes que cambiarán tu vida. Está libre de riesgos. Es fácil. No requiere esfuerzos…Dentro de estas fronteras nos sentimos seguros y a salvos, nos atamos las manos para tomar decisiones. Es el sinónimo de la indecisión y la conformidad. Y muchas cosas son disfrutables aquí pero el problema viene cuándo sacrificamos nuestros sueños, por estar en la zona de comodidad.

Por otro lado, esta lo desconocido, quizás tomar esta decisión te dejará sin cosas de las que estas acostumbrado a disfrutar, al menos por un tiempo, por ejemplo ese viaje o intercambio que has deseado tiempo atrás. Y que el hacerlo implica llegar a un espacio donde no hay lo que estas acostumbrado a ver. Sin embargo, en el fondo sabemos que será una experiencia única. ¡Esto incluye aventuras, riesgos y desafíos! Todo aquello que nos hace sentir incómodos está aquí. En este territorio nos espera la incertidumbre, la presión, el cambio, la posibilidad de fallar. Pero también es el lugar al que debes ir en busca de oportunidades, y el único en donde alcanzarás tu pleno potencial.

Las decisiones son solamente el comienzo de algo. Cuando alguien toma una decisión, esta zambulléndose en una poderosa corriente que lleva a la persona hasta un lugar que jamás hubiera soñado en el momento de decidirse. Tal vez no haya sido la mejor opción, pero habrás aprendido.

Dejemos de una vez por todas, tomar la lateral, la vía sencilla. Si esta ahí segura, tan segura que podrás volver a esta ruta si no aciertas en alguna otra. Pero, el camino trillado nos hará probarnos a nosotros mismos. La indecisión es el miedo a lo desconocido, disfrazado de dudas. Tienen miedo de realizar sus mayores sueños por que consideran que no los merecen, o no van a conseguirlos.

Solo recordemos que quien pretende ver todo con claridad, antes de decidir, nunca decide. Decide en base a tus prioridades que hayas establecido para tu vida (¿que propósito tiene lo que hacemos?). Lo que quiero que hagas en este momento es que identifiques un temor que te impida alcanzar una de tus metas. Decide ahora mismo salir de tu zona de comodidad y no dejes que el temor te impida lograr lo mejor de ti.

viernes, 22 de enero de 2010

Mentalidad de lecho de muerte



Esta semana he visto imágenes impactantes acerca del desastre ocurrido en Haití la semana pasada, sin poder evitarlo, para casi todos lados donde volteaba veía historias similares, cuando uno ve este tipo de sucesos siempre cree que no le pasará a nadie cercano. Como cuando hay alguna enfermedad grave, siempre lo vemos como una realidad ajena, pensamos que nuestra familia, amigos y nosotros estamos exentos de todo esto. Que por ser jóvenes, nunca nos ocurrirá algo así o al menos no en este momento.

Pues bien, esto es una gran ilusión de la mente que tiende a cerrarse en sí misma y ver los dolores del prójimo como si no fueran nada, nos hemos envuelto tanto en las cosas materiales que somos ajenos a todo lo que ocurre, solo vivimos para nosotros. Pues bien, estas situaciones pueden ocurrir a cualquiera de nosotros o a nuestros seres queridos. ¿La razón de ello? La desconozco. Pero definitivamente en este mundo material en donde todo es pasajero parece indicar que lo que realmente importa son aquellos momentos trascendentes en los que se deja ver un destello de nuestro ser interior y lo compartimos con algún ser humano.

Todo este tipo de desgracias nos recuerdan que nuestro tránsito por esta tierra es pasajera, que debemos vivir cada día como si fuera el último. Hoy es el día de disfrutar los frutos de tus esfuerzos, de demostrarle a la gente más importante para ti lo que en realidad es. Pues, nadie tiene asegurado el mañana, ni las posesiones materiales que ha adquirido hasta hoy.

¿Qué harías si hoy durante la noche, te informarán que es el último día de tu vida? Suena, fuerte ¿no? pero es verdad. Te quiero proponer que realices un ejercicio que un día leí en el libro “Sadhana” de Anthony de Mello que se resume en imaginar con DETALLE que nuestro médico de cabecera nos informa que solo tenemos un mes de vida, una enfermedad terminal y que no hay nada mas que hacer. ¿Qué pensarías en ese momento? ¿Qué actividades harías o dejarías de hacer a partir de que te informaron eso? Trata de sentir todo como si estuvieras viviéndolo. ¿Qué les dirías a tus seres queridos? ¿Qué lugares te gustaría visitar?¿Que sentimientos y pensamientos te gustaría experimentar?

La mayoría de las personas sacan de este ejercicio un grande aprecio por la vida y enorme amor a la misma... Como consecuencia, se sumergen en ella con mayor profundidad, la disfrutan, la viven la emplean más intensamente… Muchos se sorprenden al darse cuenta de que no temen la muerte tanto como suponían… Ocurre con demasiada frecuencia que sólo cuando perdemos algo somos capaces de apreciar su valor. Nadie agradece la vista más que el ciego. Nadie valora y estima tanto la salud como el enfermo. Pero, ¿por qué tenemos que aguardar a perder esas cosas para hacemos capaces de apreciarlas y disfrutar de ellas?

Pues bien básicamente es tener una mentalidad de lecho de muerte, la cual nos ayuda a entrar a la realidad de que algún día nosotros, familiares y amigos dejarán este mundo y esto nos obliga a vivir y disfrutar al máximo cada día con cada uno de ellos y a su vez, a realizar recordarnos que al menos debemos de realizar alguna acción trascendente durante el día que nos lleve mas cerca del propósito de nuestras vidas. (Estas acciones son determinadas por cada quien de acuerdo a sus prioridades fundamentales)

Les recomiendo que al despertar, se pregunten ¿Qué haría hoy si fuera el ultimo día de mi vida? ¿Qué cosas positivas les he dejado a otras personas? Tal vez sea momento de ayudar a alguien, regalar una sonrisa, un libro inspirador, comenzar a escribir y darlo a conocer. No lo se, solo tu puedes conocer cual ha sido la trascendencia que has dejarías en este mundo si hoy tuvieras que partir. Dice un proverbio chino: “La mano que te da unas rosas siempre conserva un poco de fragancia”. Pues bien tratemos de ayudar al menos con una palabra de aliento a aquellos que pasan por grandes dolores.

No se si antes hayan pensado algo sobre esto, y no quiero atormentarlos dejándoles grandes traumas al hacerlos reflexionar sobre esto, sin embargo es una realidad: la enfermedad, el dolor y la muerte son parte de este mundo. Piensa que quieres dejar en este mundo cuando te vayas y deja de comportarte como si te quedarán 500 años de vida.

viernes, 15 de enero de 2010

Buscar en el lugar equivocado




Un vecino encontró a Nasruddin cuando éste andaba buscando algo de rodillas

¿Qué andabas buscando Mullah?

Mi llave. La he perdido.

Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la llave perdida. Al cabo de un rato dijo el vecino ¿Dónde la perdiste?

En casa

¡Santo Dios! Y entonces, ¿Por qué la buscas aquí?

Por que aquí hay más luz



Después de un acogedor y reconfortante periodo de vacaciones, en los cuales con la persona con la que pase la mayor parte del tiempo fue conmigo mismo. Llegue a la comprensión de algo tremendamente cierto: Buscamos en los demás lo que no podemos obtener de ellos.

Vamos como el ciervo almizclero que va como loco corriendo por las praderas dándose de topes en los árboles en busca del almizcle, un perfume fuertemente atractivo, que secreta el mismo de sus glándulas y al final muere sin saber que el mismo es el productor de aquella agradable fragancia.

Queremos encontrar en el exterior de nosotros mismos un sinfín de sensaciones y rara vez las encontramos. ¿Cómo quieres hacer el bien? Si ni siquiera te sientes bien. ¿Cómo quieres amar a los demás? Si ni siquiera te amas a ti mismo ¿Cómo quieres que los demás crean en ti? Si el primero en dudar eres tú mismo.

Me di cuenta a tiempo que algunas veces no estaba a gusto conmigo mismo y por ello muchas veces evitamos estar solos. Nunca queremos comer solos, nos aterra la idea de pensar que estaremos solos en casa, buscamos cualquier tipo de compañía, incluso hasta una mascota, para evitarnos a nosotros mismos. ¿Qué es a lo que tememos? ¿Qué pasará si te quedas solo? Pues pueden ocurrir sucesos grandiosos, te comienzas a conocer a ti mismo (¿Qué acaso no me conozco a mi mismo?), me di cuenta que cuando estamos solos actuamos de una manera muy distinta a cuando estamos con alguna otra persona, es decir, aflora algo cercano a nuestro verdadero yo cuando estamos solos. Pues, casi siempre usamos alguna máscara para mostrarnos a los demás, proteger los comportamientos que creemos erróneos en nosotros mismos, esa máscara es llamada personalidad (proviene de persona, que era la máscara que usaban los actores griegos en una obra de teatro).

Un momento de soledad, es una oportunidad para regalarte a ti mismo tiempo, atención. Quizás desde hace mucho tiempo, por andar ocupado en relaciones, trabajo, escuela; has descuidado algún pasatiempo del que disfrutabas mucho, de ponerte en forma, de leer algún libro inspirador, de plantearte tus objetivos, establecer tus prioridades en la vida, es una cápsula de tiempo ideal para tomar control de tu vida, de descubrir las pequeñas debilidades y empezar a trabajar en ellas.

Este episodio de mi vida en el que decidí dedicarme solo a mí (te podría parecer un acto egoísta pero en realidad es un acto de amor a ti mismo) entendí que dentro de nosotros podemos encontrar mucho de aquello que buscamos.

La paradoja aquí es que muchas veces la sociedad nos ha orillado a buscar banalidades y objetos vacíos, sin sentido y vamos en busca de alguien que nos ayude a llenar ese vacío, cuando en realidad esa persona esta igual. Es como tratar de que un ciego guíe a otro ciego por un camino estrecho

Muchas respuestas a nuestras preguntas, las conocemos nosotros. Pero, casi nunca queremos verlas queremos que alguien nos las lleve en una bandeja de plata. En aquellos momentos de silencio, donde puedas en la medida de lo posible aquietar tus pensamientos, viene un mensaje de lo mas hondo de tu ser, esa señal que esperamos.

Para finalizar solo me queda recalcar que debemos buscar en el lugar correcto y que aprendamos a disfrutar del individuo que debe ser el más importante para todos, cada uno de nosotros mismos.

jueves, 7 de enero de 2010

Clausurando ciclos




Ayer leí estas palabras tan sabias (que se le atribuyen a Paulo Coelho, pero en su libro El Zahir las menciona y dice que el jamás las escribió) y me cayeron como anillo al dedo, pues encierran una gran verdad: vivimos aferrados a nuestro pasado. Este pasado va disfrazado de relaciones que ya terminaron o que no pudieron ser por cualquier causa.

Creemos que eso que ya no esta (trabajo, personas, lo que sea) es indispensable para vivir, caemos en una gran depresión y es lógico, pasamos grandes momentos en ese pasado. Creemos que nada volverá a ser igual, y nos pasamos atormentándonos y preguntándonos ¿en que fallamos? ¿Por qué paso esto?

Sabemos que apegarnos, nos hace daño, pero no hacemos absolutamente nada por remediarlos, seguimos ahí sufriendo daños cada día más, teniendo la esperanza de que ese pasado tan añorado algún día volverá. Sin embargo, hay momentos en los que es mejor decir adiós a toda situación que ya ocurrió en el ayer o que no pudo ocurrir. Es el momento de liberarnos de una carga innecesaria y de romper aquellos grilletes del pasado que nos mantienen esclavizados, impidiéndonos disfrutar este momento, que es un regalo, por eso es llamado presente.

Es hora de que nos abramos nuevos caminos, y nos atrevamos a aventurarnos en nuevas cosas, que olvidemos todo lo que fue y que con esos aprendizajes que nos dejo esa relación o experiencia del pasado descubramos que podemos vivir perfectamente sin aquel ciclo anterior. Pues nacimos sin eso y seguiremos viviendo así. Que esa aparente necesidad de aquello del pasado es falsa, que muy ingeniosamente nuestra mente ha creado un sentimiento de carencia que solo puede llenar ese pasado.

No te atormentes, respira, agradece por los aprendizajes adquiridos y por las experiencias pasadas y dale la bienvenida a todo lo que te espera o que esta ahí, pero que al aferrarte y voltear tu visión hacia atrás no has podido ver, lo que esta a tu alrededor.

Si ponemos suficiente atención a la naturaleza, hemos de darnos cuenta que la vida es un fluir constante, así como al agua de un río no se queda estancada, pues hacerlo significaría pudrirse y despedir de ella fétidos olores. Así debemos dejar ir nosotros, pues nada en este mundo nos pertenece, ni nuestro propio cuerpo.

Debemos de tomar una actitud de nómadas espirituales, los cuales en vez de andar mudándose de lugar constantemente, van caminando por la vida sin aferrarse a nada, sin que ello signifique que no disfrutan al máximo cada uno de esos lugares, personas y experiencias que pasan día a día. Pero tienen la sabiduría para saber cuando algo ha terminado y dejarlo ir.

Se que clausurar ciclos no es algo sencillo, requiere coraje y determinación, pero es algo necesario y obligatorio para seguir nuestra vida.

Detengan un momento la música, tomen conciencia de su cuerpo y lo que hay a su alrededor y pregúntense ¿Qué ciclos debo cerrar?¿Que personas o recuerdos de ellas me tienen aferrado al pasado? ¿Ya me di cuenta que todo eso ya llego a su fin o me estoy autoengañando? Pensemos si realmente queremos seguir ahí y solo obtener insatisfacciones y si realmente vale la pena.

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Top WordPress Themes